René se despertó solo. Sus sábanas, dibujaban un laberinto
de pequeños pliegues sobre su cama. Su pelo estaba desordenado y mechones
castaños le caían rozando sus ojos pardos, que aún estaban dormidos.
Él acarició suavemente su pecho, como si notara que le
faltara algo y respiraba costosamente.
Silence... fue lo único que dijo en un susurro.
***
– ¡¿HAS DORMIDO CON ÉL?! –gritó Francine en la habitación de
ambas.
–Shhhh! Quieres hacer el favor de no gritar. Vas a hacer que
se enteren todos, si es que no lo saben ya... Silence aún no se había puesto el
uniforme blanco y Fran estaba trenzando su pelo, ya vestida.
–Son las seis de la mañana –contestó su amiga–, dudo mucho
que alguien esté enterado de tu pequeña aventura de anoche.
Silence le echó una mirada que bien podría matar a un
regimiento. Francine solo podía soltar pequeñas risitas mientras sus pálidos y
delgados dedos entrelazaban los mechones rubios de su pelo.
–Tenemos que ceñirnos al plan, y lo sabes. –dijo por fin
Silence.
– ¿Plan? ¿Qué plan? –preguntó la chica, mientras ponía una
cara difícil de explicar. Hasta que abrió los ojos y hizo castañear su lengua. –
¡Oh! Desde luego, el plan de salvar al mundo y todo eso. Por cierto ¿Cómo lo
llevas? –indicó cruzando sus piernas.
–No es un tema gracioso Frankie. Ellos confían en mí... no
puedo fallarles.
–Y... ¿tú confías en ellos? Vamos Lens, mira en lo que te
han metido. No tienes por qué hacer todo esto. Eres una bruja, en cualquier
momento podrías desaparecer, borrarte del mapa y estar tranquila, con tu madre.
Las palabras de Francine eran sinceras. ¿Confiaba Silence en aquellas personas?
¿En Angelia? Una mujer que se preocupaba tanto por ella sin conocerla ¿En el Liceo... o René? Un remolino de ideas se mezcló en la mente
de la joven.
–Confío en mí, en ti y en nuestras capacidades, y si
cualquiera de ellas puede ayudarnos incluso las de René, da por hecho que
continuaré con el plan. –dijo finalmente Silence.
Unos toques en la puerta callaron la conversación de las
chicas. La puerta se abrió y Angelina apareció con su traje azul de época como
ayer. Su pelo esta vez estaba recogido en un perfecto moño trenzado y
apuntillado por delicadas horquillas.
–¡Silence! –gritó la mujer–, sigues sin estar vestida, vamos
a llegar tarde otra vez. ¡Vamos!
A toda prisa, la joven se puso el uniforme blanco,
abotonando perfectamente cada manga y la zona del cuello. Esta vez, dejó su
pelo suelto.
***
Angelina y Carter, el tutor de René, los habían dejado solos
en la habitación, al parecer una llamada importante. La habitación estaba llena
de frascos rellenos de viscosa gelatina verde, azul, escarlata o morado,
manteniendo vete a saber qué cosas ahí dentro. Silence estaba leyendo uno de
los libros que Angelina le había puesto sobre su mesa de pino blanco y tallada
a mano con relieves de una escena floral en sus cuatro patas. El libro era, el
Libro de las Pielazul (Sí, solo para las mujeres Pielazul), pues ellas eran más
poderosas que los brujos de su raza al tener sangre más pura.
–¿Quieres dejar de respirarme sobre la oreja? –dijo
malhumorada la chica–, es molesto y realmente aterrador. Pereces un acosador
del siglo XV, persiguiendo a sus víctimas por callejuelas sin salida y
degollándolas finalmente.
–¿Qué clase de películas has visto? –Dijo René
incorporándose y sentándose en la silla de al lado de la muchacha– creo que
eres tú la acosadora. ¿Qué pasó anoche?
Esas palabras hicieron sobre saltar a la chica, que cerró de
golpe el libro y lo miró.
–¿Qué pasó anoche de qué? –dijo haciéndose la loca Silence.
–Cuando me he despertado esta mañana, no estabas. –René
sabía que aquello podía ser mal interpretado, pero realmente así lo pensó y
esta vez, fue él el que se sonrojó.
Silence lo miraba con los ojos abiertos, y vio al chico
ruborizarse.
–Y-yo, no quería decir eso, humm –tartamudeó tanto que
Silence no pudo evitar reír. Haciendo enfadar a René que giró su cara. Silence
no supo cómo, pero cariñosamente se la giro con un dedo, puso su mano sobre la
de él y le miró.
MUERO DE AMOOOOOOOR. Me encanta como lo cuentas y como lo describes todo. René es... es es es perfectooo. Son tan monooos. Me tienes enganchadita <3
ResponderEliminarAy no sé porqué ahora me siento tan mal... jajajaj ya verás ya! Muchas gracias!! <3
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