7 de Abril, en la
actualidad, Boston (Logan International Airport)
Marie cargaba con las
bolsas que habían podido recoger de su apartamento. El embarque que esperaban
era en la puerta trece y solo quedaban dos puertas para llegar a ella. Había muy
poca gente en el aeropuerto a esas horas. Casi las cinco y media de la mañana,
Silence no dejaba de dar cabezazos, pues llevaban toda la noche y parte de la
madrugada corriendo, hasta llegar a su destino.
Silence llevaba en su mano el billete de embarque para
Toulouse, Francia. Ella nunca había salido de Boston; no tenían el suficiente
dinero como para permitirse un viaje a Europa o para los otros estados de la
Nación.
–¿Lo llevas todo cariño? –dijo Marie entregándole una billetera
con una gran suma de dinero.
–¿ De dónde lo has sacado mamá?
–Tu padre y yo pensamos que algún día esto podía pasar, así
que estábamos preparados.
Silence asintió con la cabeza, haciendo una dura mueca de
dolor. El nombrar a su padre hizo que Silence probara la bilis. Era un recuerdo
doloroso para ella, pues él ya no estaba, ni estaría.
Una voz aguda y chirriante, resonó por todo el aeropuerto. Su
vuelo estaba listo.
–¿ Que harás tú, mamá?¿por qué no vienes? –el tono de la
niña era doloroso.
–Yo tengo que quedarme tesoro, ellos te quieren a ti, no a
mí. Estarás segura allí. Probablemente te estarán esperando –dijo en un
susurro–, pregunta por la señora Courtois; ella te llevará sana y salva al
Liceo de Saint Claire; es un colegio especial para chicas y chicos con tu don.
–Mamá, pero todavía no sabemos si... –no terminó la frase,
las puertas de embarque se abrieron y Marie abrazó lo más fuerte que pudo a su
hija.
–Solo ten cuidado, confía en tí misma y en tus capacidades,
sabrás que eres una bruja cuando sea el momento. Te quiero Silence.
–Te quiero, mamá.
Marie observó cómo lo único que le quedaba de su familia
desaparecía por las puertas de embarque. Pero era su trabajo protegerla, así se
acordó el día de su nacimiento, así se lo prometió a la madre de Silence.
7 de Abril 14:23
en la actualidad, Aeropuerto de Toulouse –Blagnac
Silence se sentía sola, aunque el aeropuerto estuviera
abarrotado de gente que iba y venía sin problema alguno. El intercambio del
idioma se hizo un embrollo en su mente y se sentía confusa. No dejaba de mirar hacia
un lado y hacia el otro, buscando... ¿qué? no sabía, no tenía ni idea de lo que
tenía que buscar, ¿un hombre, quizás? ¿alguien que llevase su nombre escrito en
un cartel? Nada de eso, una chica alta y rubia se le acercaba a gran velocidad,
como si pudiera volar. Esa chica le recordaba un fantasma, que solo necesita
deslizarse para avanzar hacia su objetivo.
–Creo que tú eres Silence Forbes ¿ me equivoco? –dijo
alegremente la chica. Era preciosa, con unos ojos atigrados y una tez pálida y
refinada; su cuerpo con curvas hacía que Silence sintiese envidia. Ella no era
menuda, pero tampoco gran cosa.
–Sí, y usted es...
–Por favor tutéame, soy Angeline Courtois . Soy su tutora, aquí
en Toulouse y sobre todo cuando lleguemos al Liceo. ¿Estás nerviosa? – Aquella
chica parecía entusiasmada. Como si le gustase realmente su trabajo. Silence
pensó que posiblemente así era.
–Cuantos alumnos hay en el...
–¿Liceo de Saint Claire? –Se adelanto Angeline.
Silence asintió.
–Bueno, tal vez unos cien. Ellos van y vienen. Son enviados
a hacer trabajos especiales y esas cosas.
–¿ Qué pasará conmigo? Quiero decir, ¿yo qué haré?
–Señorita Forbes, usted es la última bruja Pielazul
americana. Estoy segura de que tendrá una buena asignación en el Liceo, y que
su trabajo será increíble.
Silence pensó en las últimas palabras de Angeline, ¿la
última? Ella no estaba ni siquiera segura de ser bruja. Solo podía tener en
mente caerle bien a sus nuevos compañeros de clase.
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ResponderEliminarMuchísimas gracias por comentar. Me alegro de que te guste :))
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